Este cuento constituye una maravillosa forma de acercar a los niños a la expresión de sus emociones. Cada página contiene una impresionante fotografía de los expresivos rostros de macacos japoneses, asombrosamente parecidos a los humanos. Las caras monas son tan representativas de las emociones que los niños pedirán verlas una y otra vez, y de manera espontánea comenzarán a imitarlas.
En las primeras páginas aparecen macacos alegres, tristes, enojados, asombrados. Esto permite a los niños identificar las emociones y nombrarlas. En las siguientes páginas están las caras que ponen frente a determinadas situaciones: cuando son regañados, cuando pelean con su hermano, etc. Estas imágenes nos muestran que ante una situación se pueden vivir distintas emociones. En estas páginas los niños se ven retados a describir aquello que pueden estar sintiendo los macacos.
Al vincularse las situaciones con las experiencias cotidianas de los niños, también les permite expresar aquello que pueden estar sintiendo frente a situaciones similares como las que aparecen en el libro.
Al final del libro encuentran una invitación a identificar las emociones que ellos pueden estar sintiendo.
Este cuento te gustará porque:
- Las imágenes de los macacos son realmente Impresionantes y dan efectivo soporte a la narrativa textual.
- El diseño sencillo ayuda a los niños a poner atención a las emociones.
- Plantea situaciones que se vinculan con las experiencias de los niños.
- Contiene orientaciones para ayudar a los niños a reconocer y expresar sus emociones.
Aprendizaje a desarrollar: Identificación y expresión de emociones.
Colección: Textos narrativos.
Edad: 2+ años.
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