Generar condiciones para ofrecer el servicio educativo, el desafío de los PRONOEIs.
Retornar al servicio presencial luego de dos años en los que se ofreció el servicio educativo a distancia por la pandemia del COVID-19 ha significado un gran desafío para los Programas No Escolarizados.
Los espacios comunitarios con los que cuentan para ofrecer el servicio educativo estaban deteriorados después de dos años de estar cerrados. A ello se sumó la falta de presupuesto del Estado para acondicionar estos espacios.
Es lamentable que estos programas que se orientan a la población infantil más necesitada tengan que sostenerse en la gestión que puedan hacer la docente coordinadora y promotoras. Es que estos programas no son considerados en el presupuesto de mantenimiento escolar que se les asigna a las instituciones educativas. Siguen siendo los “hijos ilegítimos” del sector educación.
Hoy quiero compartirles la historia del PRONOEI de Alto Chimuno, en Sandia, para visibilizar y reconocer a los actores que hacen posible el funcionamiento de estos programas. Sin su esfuerzo y compromiso, los niños y niñas de las comunidades que no pueden tener un jardín por la poca densidad de población, se quedarían sin atención educativa.
El PRONOEI de Alto Chimuno, Sandia - Puno
Antes de la pandemia el PRONOEI de Alto Chimuno funcionaba en una casita pre-fabricada que había gestionado la promotora en años pasados. El espacio era de 3 x 3 metros cuadrados, con piso de tierra. Un espacio reducido para los niños.
Este año, su promotora Marisol Aguirre, recibió la capacitación de su docente coordinadora, Yosy Aymé para generar condiciones para la gestión de la enseñanza y aprendizaje en los PRONOEI. Yosy participa en el programa de formación de Nara “Gestión de los aprendizajes”. Y todo lo que va aprendiendo lo comparte con su equipo.
Luego de su capacitación, Marisol decidió hacer crecer el espacio donde funciona su PRONOEI. Esta vez gestionó otro módulo con la municipalidad. Con el apoyo de su esposo y algunos papás del PRONOEI trasladaron la casita donada al espacio que le dio la comunidad. Lograron fusionar los dos módulos pre-fabricados. Este año cuenta con un espacio de 6 x 3 metros cuadrados.
También consiguió algunas donaciones de pintura blanca y así pudo pintar sus paredes como esperaba.
Sus compañeras del Programa fueron a ayudarle a acondicionar el espacio. Luego de un arduo trabajo el espacio para recibir a los niños fue mejorando.
Fotografías que dan cuenta del trabajo que hicieron en la primera fase, cuando aún estaban con el piso de tierra.
En un segundo momento consiguió más recursos que le permitieron poner el piso de cemento. Su esposo le ayudó a abrir una ventana para que tuvieran mayor iluminación. Y su docente coordinadora le colaboró con telas para las cortinas y para acondicionar el espacio del sector del hogar y la biblioteca de aula.
Nuevamente recibió la visita de su equipo quienes le ayudaron a seguir mejorando la organización del espacio.
En el video podemos ver cómo ha logrado ofrecer un espacio acogedor a los seis niños y niñas que atiende en el PRONOEI.
Como ustedes ven mi local, no era así. Yo como promotora por ver tranquilo a mis niños, y darles seguridad, yo misma tuve que pedir apoyo para que me ayuden a construir este nuevo módulo. Me ayudó mucho mi familia.
Nuestro piso era de tierra. Ahora tengo dos módulos que hemos unido y el piso de cemento.
Ahora me siento más tranquila y más segura para trabajar con los niños. Mis niños también se sienten muy felices en este nuevo local.
Todo ha sido a nuestro alcance, lo que hemos podido hacer, siempre pensando en los niños.
Los niños se sienten alegres, contentos, tienen un espacio para jugar dentro y fuera del aula. Tienen sectores organizados.
Me gustaría tener un local propio donde puedan estar más cómodos y algunos muebles que me faltan.
En la foto se puede notar la fusión de los dos módulos prefabricados de madera. La ventana más grande es la que lograron abrir para que haya más iluminación.
Preparar el espacio educativo para recibir a los niños y niñas, sin tener las condiciones materiales es una tarea compleja.
El compromiso de Marisol, el trabajo en equipo lo ha hecho posible. Los seis niños que asisten a este PRONOEI están disfrutando de este espacio que Marisol ha logrado gestionar, acondicionar y organizar para ellos.
Felicitaciones Marisol por este trabajo tan comprometido que realizas y a todas las promotoras educativas comunitarias que hacen un gran esfuerzo por ofrecer mejores condiciones para la educación de los niños y niñas.
Esperamos que el Estado pueda asegurar las condiciones para que los programas no escolarizados puedan funcionar.
Les dejamos con una canción que forma parte de la actividad de lavado de manos.
Marisol Aguirre forma parte del equipo de Promotoras Educativas Comunitarias liderado por Yosy Taca, en la UGEL de Sandia, Puno.
Estamos muy orgullosas de tenerlos en esta comunidad de maestras innovadoras de Nara.
Esperamos que esta publicación sirva de inspiración para todas aquellas maestras y promotoras que trabajan en los programas no escolarizados.
También te puede interesar
Pre-venta de los cursos de Nara
Proyecto: Celebramos la vida de los que ya no están con nosotros
¿Cuántos sectores tengo que implementar?
Dejar un comentario
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.
2 Comentarios
HERMOSO TODO LO QUE SE CONSIGUE
Lindos espacios que generan buenas condiciones para el aprendizaje.